Cada año los grandes festivales prometen “la experiencia definitiva”: luces, fuegos artificiales, visuales en 8K, drones en el cielo y artistas que encabezan todos los rankings. Pero detrás de toda esa perfección, hay algo que cada vez se vuelve más evidente —y aburrido—: los mismos temas, las mismas mezclas, los mismos build-ups… y hasta los mismos gritos por el micrófono.
“Put your f***ing hands up!”…
“Make some noise!”…
Sí, lo escuchaste en 2015, 2018, 2022… y también este año.
No importa si estás en Tomorrowland, Ultra o Creamfields: el set de muchos TOP DJs suena como si hubieran presionado play en una playlist llamada “Greatest Hits of Myself”.
Y lo peor: en algunos casos, eso es literalmente lo que hacen.
La era del ‘pendrive set’
La tecnología cambió la forma de mezclar, eso nadie lo discute. Pero cuando la comodidad reemplaza la creatividad, algo se pierde. Muchos artistas optan por reproducir sets pregrabados —a veces idénticos a los del año anterior— solo para garantizar la perfección del show visual.
Pero la perfección no siempre emociona.
Lo que alguna vez fue una sesión viva, con riesgo, con fallos, con humanidad… ahora parece una coreografía ensayada.
Un DJ que ya sabe en qué segundo explota el confeti no está mezclando, está reproduciendo un espectáculo sincronizado.
Y eso mata lo que hizo mágica a la escena electrónica: la conexión real entre quien está detrás del booth y quien está en la pista.
Los mismos himnos de siempre
No se trata de odiar los clásicos. “Titanium”, “Animals”, “Turn Up the Speakers”, “Losing It”, “Adagio for Strings” o “Infinity” marcaron generaciones. Pero cuando esos mismos tracks aparecen en cada set de los mismos DJs, año tras año, festival tras festival, el resultado deja de ser épico y se convierte en algo predecible.
El público aplaude, canta, graba stories… pero en el fondo, ya sabe lo que viene.
Y si ya sabes lo que viene, ¿dónde queda la sorpresa, la emoción, el viaje?
Los escenarios donde todavía pasa la magia
Mientras el Mainstage repite fórmulas, los escenarios alternativos siguen vivos.
Ahí, entre luces más tenues y públicos más curiosos, hay DJs que arriesgan, que mezclan géneros imposibles, que prueban drops nuevos sin miedo al error.
Son los que tocan por pasión, no por estadística, los que buscan conectar, no solo acumular views.
Ahí están los verdaderos herederos del espíritu rave.
Los que te hacen bailar con un track que nunca habías escuchado y te dejan con una sonrisa porque sentiste algo genuino.
La invitación
La próxima vez que estés en un festival, sal del Mainstage.
Ve al CORE, al Freedom Stage, al The Cage o al Underground Tent.
Déjate llevar por sonidos nuevos, por DJs que no aparecen en el Top 100 pero sí en la memoria de quienes los descubren.
La música electrónica no nació para ser repetida; nació para evolucionar.
Y esa evolución está ocurriendo ahí, lejos de las pantallas gigantes y los fuegos artificiales sincronizados.
Así que la próxima vez que escuches el mismo drop de siempre, recuerda:
el futuro del rave no está en los nombres de siempre, sino en los sonidos que aún no conoces.
Texto: TusDJ.com
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